¿Quién no ha estado en la típica reunión familiar en la que algún miembro saca la baraja española para jugar? ¿Eres de los que temen ese momento porque no conoces las reglas de ningún juego tradicional de cartas? ¡No te preocupes! Te traemos las normas de los juegos de cartas tradicionales más conocidos para que puedas divertirte en familia.
Burro
El Burro es uno de los juegos de cartas más sencillos de jugar. El número de cartas que se utilice dependerá del número de jugadores. Por ejemplo, si jugáis 6, deberéis buscar 4 cartas iguales de seis números diferentes. Ya que el objetivo del juego es reunir las cuatro cartas iguales de los cuatro palos.
Estas cartas deberán barajarse para que se repartan mezcladas. Cada jugador tendrá en su poder 4 cartas aleatorias. Tendrá que decidir qué cuatro cartas iguales va a reunir para ganar la partida.
A la de tres, todos los jugadores se descartan una de sus cartas y la pasa al jugador de su derecha boca abajo. Este procedimiento se va repitiendo hasta que uno de los jugadores consiga sus cuatro cartas iguales. Cuando uno de los participantes lo consiga, deberá gritar ¡burro! Y poner su mano en el centro de la mesa. Entonces, todos los jugadores tendrán que ser rápidos y poner su mano encima de la del ganador. Perderá el que ponga su mano en último lugar y obtendrá una de las letras que conforman la palabra BURRO. Si es la primera partida que pierde, se llevará la letra B y si es la segunda, la letra U. Y así sucesivamente. Perderá la partida quien conforme la palabra burro primero.
Mentiroso
Para el juego de cartas Mentiroso se utilizan todas las cartas de la baraja y se reparten por igual entre los jugadores. En número mínimo de participantes es de dos, pero cuantos más, mejor. Ganará el primero que se quede sin cartas. Para ello, el procedimiento es ir soltando tus cartas bocabajo en el centro, de una a tres como máximo. Tendrás que decir qué número son al soltarlas, por ejemplo: tres unos. Esta afirmación puede ser verdad o mentira, pero en ese momento solo lo sabrás tú. Entonces, el de tu derecha tendrá dos opciones. Podrá creerte y arrojar las que él seleccione o, en cambio, destapar tu “mentira”. Si supone que lo que has dicho no se corresponde con las cartas que has arrojado, las levantará antes de echar las suyas.
Si habías dicho la verdad, deberá llevarse a su mazo todas las cartas que haya en el medio de la mesa. En este caso, si reúne cuatro iguales podrá descartarlas y sacarlas de su baraja. En cambio, si te ha pillado la mentira, este procedimiento lo deberás realizar tú.
Comienza la vuelta la persona que se encuentre a la derecha del que se haya llevado las cartas del centro. Y, como hemos señalado anteriormente, ganará el primero que se quede sin cartas. ¡Recuerda que para jugar bien no debes permitir que nadie vea las cartas con las que juegas!
Chinchón
En este juego pueden participar de dos a cuatro personas y su objetivo es conseguir una escalera de siete cartas consecutivas del mismo palo. Aunque puedes también ganar la partida si ninguno de los jugadores lo consigue, pero tú obtienes el mayor número de puntos, siempre y cuando no superes los 100. Cada carta suma los puntos de su valor, a excepción de la Sota, Caballo y Rey que cada una vale 10 puntos.
Deberás formar series de cartas iguales o escaleras de color con cartas consecutivas que pertenezcan al mismo palo. Ambas combinaciones se contarán a partir de la tercera carta.
Sabiendo esto, se reparten siete cartas por jugador. Una vez se repartan, la siguiente de la última repartida se pone bocarriba en el centro de la mesa. El resto de cartas no repartidas se pone a su lado bocabajo formando un mazo. Quien inicie el juego deberá elegir entre tomar la carta de en medio y cambiarla por una de las suyas o tomar una del mazo.
El siguiente paso del jugador en curso es que se descarte una de sus cartas y la ponga bocarriba a su derecha. El siguiente jugador elegirá si tomar la carta descartada por el jugador anterior o la carta superior del mazo colocado bocabajo. A continuación, deberá descartarse también una de sus cartas y dejarla bocarriba a su derecha. Y así todos los jugadores.
Si durante el trascurso del juego se agota el mazo central, se puede reponer con los descartes que no ha cogido nadie, barajándolos previamente.
Al final de cada ronda, los jugadores deberán sumar los puntos de las cartas no combinadas. Se estipulará un número de rondas y al final de cada una se apuntarán los puntos de cada jugador. Si algún jugador sobrepasa los 100 puntos, debe eliminarse del juego. Ganará aquel que obtenga menos puntos al final de todas las rondas, ya que eso significa que ha combinado el mayor número de cartas posible.
Cinquillo
Entre estos juegos de cartas tradicionales no podía faltar el mítico Cinquillo. Si no has jugado nunca, ¡es el momento de hacerlo! Debéis ser de dos a seis jugadores y el principal protagonista es el número cinco.
De 2 a 3 jugadores repartiremos 10 o 15 cartas a cada jugador. Con 4 jugadores se reparten 10 cartas a cada uno. Si sois 5, tenéis que tener 8 cada uno y con 6 jugadores repartiremos 6 cartas y sobraran 4 cartas para robar cuando no tengamos carta para poner.
El primero en jugar es aquel que tenga la carta del cinco de oro, que la deberá poner en el centro de la mesa. El resto, deberá ir completando el palo con las cartas correlativas. Si no puede seguir ese palo, podrá poner las cartas del número 5 del resto de palos. Si no puedes poner carta porque no tienes la anterior o posterior a las que ya están sobre la mesa, deberás pasar tu turno. Ganará el primero que se quede sin cartas.
Te contamos un truco: ¡retrasa al máximo poner el cinco que tengas! Es la mejor estrategia a seguir.
Solitario
Y si tu entorno no es de jugar a las cartas, ¡no te preocupes! Porque te traemos un juego para jugar, como su propio nombre indica, en solitario.
Debes barajar las cartas y colocarlas bocabajo. Cogemos dicho montón y vamos cogiendo cartas de dos en dos. Así, solo veremos la que queda arriba, la de abajo queda “bloqueada”. En cuanto nos aparezca el uno de algún palo, lo colocamos sobre la mesa. Así, iremos colocando unos según aparezcan con este método o iremos completando los palos que ya haya sobre la mesa.
La carta “bloqueada” va quedando liberada según vas cogiendo otra, ya que la nueva pasa a ocupar el sitio de debajo de esta y es la que se bloquea.
Las que no puedas usar, las vas apartando en un mazo de descarte. Cuando se te acabe el mazo con el que estás jugando, podrás coger ese. Si en algún momento te quedas sin poder seguir ordenando, tendrás que barajar de nuevo el mazo con el que estás jugando.
Obviamente, el objetivo del juego es ordenar todas las cartas y quedarte sin ninguna.
¿Qué te parecen estos juegos? ¿Los conocías? ¡Ya no tienes excusa para participar en los juegos de cartas tradicionales cuando te lo pida tu familia!