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Consejos de oratoria que te servirán para aprender a hablar en público

No solo se comunica con la voz, decimos mucho también con el cuerpo. Por eso, hay que ser consciente de la postura corporal que adquirimos cuando hablamos en público

Aprende

10 Jun 2020

4 Min de lectura

Tanto si estás estudiando como si estás trabajando te enfrentarás a situaciones en las que tendrás que sacar tus dotes de oratoria delante de muchas personas. Puedes ser de aquellos que han nacido con un don para dar discursos. O, en cambio, de los que se ponen muy nerviosos con solo pensarlo. Pero, seas como seas estos consejos para aprender a hablar en público te vendrán bien.

 

Prepárate con antelación

 

Lo más importante para tener el mando durante tu presentación en público es la preparación previa. Si la has ensayado con anterioridad y te sabes bien todos los puntos que contiene, te sentirás seguro y cómodo a la hora de exponerla.

 

Intenta, siempre que puedas, llevar un guion a modo de diapositivas para poder guiarte mientras hablas. Así, si te quedas en blanco, podrás retomar el hilo rápidamente. Un truco es poner datos o preguntas que tengan que observar y te permitan parar y respirar. De esta forma, si estás nervioso podrás ganar algo de tiempo para controlar la situación.

 

Pero lo más importante es que hagas una simulación en casa muy fiel a cómo irá. Cuanto más se parezca la presentación  a la realidad (tiempo, postura, medios…) más tranquilo estarás ese día.

 

Cómodo y con tiempo

 

Otro rasgo que aporta seguridad a la hora de hablar en público es la ropa elegida. Es cierto que, en la mayoría de los casos tendrás que elegir una etiqueta formal. Pero intenta sentirte cómodo con la vestimenta. Si eres mujer, no elijas unos tacones que al segundo minuto están haciéndote daño. Ya es suficiente lidiar con los nervios como para enfrentarte también a un dolor físico.

 

Eso sí, elige algo que te favorezca, ya que sentirnos “guapos” ayuda a que nos enfrentemos con seguridad a cualquier situación. 

 

Y, por supuesto, intenta llegar con suficiente tiempo de antelación por si surge algún imprevisto. Te ayudará a que si hay algún fallo tecnológico o si no encuentras el lugar, puedas seguir relajado al iniciar la charla y no con los nervios que te provoquen.

 

Las horas previas son muy importantes

 

Asimismo, tienes que prepararte también el día antes y en las horas previas para que nada te juegue una mala pasada. Intenta dormir bien la noche anterior para ir descansado y ten cuidado con las comidas copiosas.

 

Simpatiza con tu público

 

Es normal que antes de exponer cualquier tema u opinión ante un gran número de personas estés nervioso. Por eso, no tienes por qué ocultarlo. Prueba a confesárselo a tu público al iniciar tu charla y busca su empatía. Así, podrás contarles si te bloqueas en algún momento y necesitas tiempo para retomar el hilo.

 

Asimismo, comienza tu intervención presentándote para sacar tu lado más humano y que te vean como un igual. Empieza con una anécdota graciosa o incluso un vídeo, así romperás el hielo y comenzar a hablar te será mucho más fácil.

 

Cuida el lenguaje corporal

 

No solo se comunica con la voz, decimos mucho también con el cuerpo. Por eso, hay que ser consciente de la postura corporal que adquirimos. Utiliza tus manos para acompañarte en tu discurso y camina por el escenario para mostrar naturalidad. No obstante, ten cuidado con no realizar gestos y movimientos muy rápidos.

 

Y si el tema de las exposiciones en público es habitual…

 

Consejos para prepararte día a día

 

Si sueles hablar en público periódicamente, entonces te vendrá bien prepararte a conciencia para esos momentos. Es muy importante que hagas ejercicios de respiración y dicción que te ayudarán a hacerlo mejor.

 

Integra ejercicios de respiración en tu día a día para llegar más preparado. Uno que ayuda a la concentración y relajación es el de inhalar y exhalar en cuatro tiempos durante unos 5 minutos. Conforme vayas avanzando, podrás alargar el tiempo hasta unos 8 minutos.

 

Algo que también te será muy útil es leer en voz alta. Esto te hará tomar conciencia de cómo suena tu voz y a saber si hablas demasiado rápido. Así podrás modular tu tono de voz y la velocidad.

 

Asimismo, la dicción es muy importante trabajarla para no atrancarte con determinadas palabras. Un ejercicio muy recomendado es el de practicar con trabalenguas o leer con un lápiz en la boca. Ambas prácticas te ayudarán a ralentizar tu habla y pronunciar cada sílaba.

 

Como habrás podido descubrir hablar en público no es tan complicado si sigues todos estos consejos. Y es que, con un poco de práctica la oratoria no se te resistirá.